El ajedrez de la política argentina

El ajedrez de la política argentina

La política argentina se desenvuelve en el 2023 en un escenario centrado en las elecciones generales. Mientras se acerca la fecha límite para la presentación de candidaturas, la resolución implica una combinación de cuatro factores: la normativa electoral, la política, el tiempo y el poder relativo de los actores intervinientes en cada fuerza política plasmado en el momento de la negociación. Mientras que las reglas establecen un marco de acción, la política ofrece un mayor margen de maniobra donde los actores explicitan dos elementos: su política de alianzas y su base electoral. El factor tiempo aparece cuando se contempla la fecha límite para definir candidaturas. De aquí surgen diferentes escenarios posibles.

Como en una partida de ajedrez, todos están esperando cuándo y cuáles serán los movimientos internos y externos que propondrán los actores políticos. Algunos jugadores ya han movido alguna pieza, intentando definir el tablero donde jugar. Sin embargo, estamos en una etapa de estudio y muy pronto comenzarán a verse de manera explícita las jugadas que implican una apuesta política.

El cuándo tiene fecha límite conocida. Las listas de precandidatos/as deben estar decididas hasta 50 días antes de la elección primaria que será el 13 de agosto. Junio es el límite para las dilaciones, las tensiones internas y las negociaciones actuales.

No es extraño que este sea un tema a resolver en las principales dos coaliciones: Juntos por el Cambio (JxC) y el Frente de Todos (FDT). A las tensiones habituales dentro de las mismas, se le suma su respectivo componente coalicional. Este último genera una ventana de oportunidades para una mayor fragmentación interna y la aparición de candidaturas. Esto puede darse debido a la pluralidad de perspectivas, pero también como muestra de fuerza interna de cada facción o alternativa. Como resultado, los intereses y las propuestas en juego en las negociaciones se multiplican a la luz de que pueden surgir de diferentes fuerzas políticas (y al interior de cada una de estas) dentro de cada una de estas coaliciones. 

Pensando en la elección presidencial, estos meses han tenido la aparición de diferentes pre-candidaturas. No obstante, no todas las fuerzas políticas presentan más de una. Este es el caso de La Libertad Avanza que candidatea únicamente a Javier Milei para la elección presidencial. Pensando en la pluralidad de pre-candidaturas por espacio, podemos decir que a menor expectativa de victoria, es esperable una mayor demora en la definición de nombres.

Es por lo anterior que vemos en JxC una mayor cantidad de actores con expectativas explícitas para presentarse en las PASO presidenciales, todos ellos/ellas provenientes de las tres agrupaciones que la conforman: el PRO, la UCR y la CC. Esto es favorecido por la mayor expectativa de victoria de parte de la coalición en la elección general.

Por su parte, una mayor dilación se observa en el FDT, donde si bien puede hipotetizarse sobre diferentes pre-candidaturas, hasta el momento todas ellas se encuentran en un potencial. Ni Alberto Fernández, ni Sergio Massa, ni Cristina Fernández han señalado públicamente su intención de competir en las PASO. La razón de esta dilación es la contraria a JxC: un cálculo electoral menos expectante de cara a las próximas elecciones.

Algunas encuestas ofrecen cierta información sobre una posible distribución de votos. Esta distribución proyectada puede incidir en la estrategia electoral. Independientemente de la precisión del número, el dato relevante es la dispersión de las preferencias entre las diversas opciones. Si se presentaran todos/as los/las candidatos/as indicados en el siguiente gráfico (Mauricio Macri ya ha indicado que no competirá), el voto tanto en el FDT como en JxC quedaría muy disperso y ninguna de las opciones obtendría un amplio respaldo de manera individual. La dispersión de las coaliciones es lo que favorece que Javier Milei aparezca como frontrunner de una carrera que todavía no terminó de definir su grilla de partida.

    Fuente: Clarín (fecha: 17 de marzo de 2023).

En cambio, si contamos los votos a candidatos agregados dentro de cada coalición, Milei pasa al tercer lugar, detrás de JxC (44,5%) y de FDT (41,7%). Esta situación debe llevar a recordar entonces que la dispersión de la que se parte debería tender en algún momento a la agregación del voto. Esto puede ocurrir antes de las PASO en caso que se bajen las pre-candidaturas menos competitivas o con posterioridad a la misma, una vez definida la primaria de cara a la general. El desafío que tanto JxC como el FDT tendrán una vez determinada la candidatura presidencial se encuentra en evitar la fuga de votos a otras alternativas.

La presencia de diferentes pre-candidaturas tiene la potencial ventaja de poder acaparar el voto de las diferentes preferencias electorales al interior de cada coalición como puede ser Patricia Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta, Gerardo Morales y Elisa Carrió en JxC o Cristina Fernández, Sergio Massa, Daniel Scioli y Alberto Fernández en FDT. Pese a ello es esperable que varias de las mencionadas anteriormente terminen bajándose o directamente no presentándose en las próximas semanas. Lo lógico es que esto suceda principalmente con las menos competitivas para las PASO.

De hecho, desde 2011 a la fecha las fuerzas políticas principales han tendido a acudir con fórmula única salvo algunas excepciones como lo fue Cambiemos en 2015 cuando compitieron Mauricio Macri, Elisa Carrió y Ernesto Sanz. En la última elección presidencial, ninguna fuerza política presentó más de un binomio presidencial como pre-candidatos. Esto es parte de la negociación para una distribución de candidaturas y también estrategia política con el fin de promover una mayor coordinación electoral que maximice la expectativa electoral de un determinado sector.

En línea con lo dicho es que puede ofrecerse una lectura hipotética del no de Macri a competir por la presidencia en este 2023. Lo cierto es que de acuerdo a las encuestas no era uno de los candidatos preferidos para las PASO dentro de JxC. Por lo tanto, era esperable que decidiera no competir producto de que hay otras alternativas que miden mejor. Pese a ello, Macri sigue siendo el líder del PRO por lo que desde su condición y desde afuera de la competencia si termina respaldando a alguna de las pre-candidaturas de su espacio, puede empujar a otras opciones a bajarse de la contienda. 

Los datos y los tiempos brindan información adicional para la administración de las tensiones internas entre facciones rivales. De igual modo que la potencial baja de candidaturas menos competitivas, en la coyuntura actual la estrategia más conveniente es la coordinación electoral entre las facciones internas rivales y no la dispersión del voto que podría generarse mediante una decisión de parte de alguna de ellas de competir fuera de la alianza. Una situación así implicaría tanto para el FDT como para JxC un efecto negativo sobre su competitividad en la elección general. Esto sería así siempre y cuando esa decisión la tome alguna de las opciones con mayor respaldo electoral individual, más si se dispersa el voto propio pero manteniéndose integrado el del principal rival.

Adicionalmente el camino de competir por fuera es de difícil opción para una candidatura sin sello propio, en tanto una fuerza política nueva con reconocimiento provisorio no puede presentar candidaturas. Para hacerlo requiere la personería jurídica definitiva y para ello debe impulsar desde la afiliación partidaria a la elección de autoridades del partido. Estando a fines de marzo y teniendo como norte junio para la definición de candidaturas, esta opción no parece viable ni sensata.

El hecho de que la elección nacional no sea solo presidencial, sino que involucre las categorías legislativas agrega otro capítulo en la negociación y decisión política interna de cada fuerza. Del mismo modo que los candidatos a presidente y vice, allí donde se eligen senadores (Provincia de Buenos Aires, Formosa, Jujuy, Misiones, La Rioja, San Luis, San Juan y Santa Cruz) el sistema de determinación es con lista completa lo cual implica que si una fuerza política presenta diferentes listas con pre-candidaturas, participará de la elección general aquella que resulte más votada en las PASO. Por lo tanto, la alternativa más votada en cada fuerza sería la que participará en la elección general (siempre y cuando se supere el 1,5% de los votos exigidos por la ley).

En la categoría de diputados no se establece el mismo sistema. En caso de haber diferentes listas de pre-candidaturas a diputados/as en las PASO, la conformación posterior de la lista para la elección general la determinará la correspondiente fuerza política de acuerdo a su reglamento electoral y siempre respetando el principio de paridad. 

Lo anterior establece para las fuerzas políticas diferentes caminos posibles.

  • Esto es más probable que suceda en JxC por la diferente potencia (votos y estructura partidaria) que ofrecen los socios que integran la coalición. Así son factibles fórmulas presidenciales como la de Horacio Rodríguez Larreta y Gerardo Morales o la de Patricia Bullrich y Alfredo Cornejo. En el FDT es más difícil un escenario así entre Alberto Fernández y el kirchnerismo, pero sí podría pensarse entre cualquiera de estos dos y Sergio Massa que siempre ha actuado como actor pivotal frente a ambos.

Ahora bien, la política de alianzas no se desarrolla en un único nivel como el nacional, sino de forma multinivel donde inciden las provincias y los municipios. Cada escenario puede manifestar su propia lógica de resolución. Puede ser por consenso como ha ocurrido en Córdoba entre Luis Juez y Rodrigo de Loredo o Tucumán donde finalmente el PRO y la UCR llegaron a un acuerdo para competir con fórmula conjunta (Roberto Sánchez del radicalismo y Germán Alfaro del PRO) para la gobernación. También puede ser mediante la competencia en las PASO como se espera en JxC que suceda en la Ciudad de Buenos Aires entre Martín Lousteau y Jorge Macri, o puede llegar a ocurrir a nivel nacional en el FDT entre Alberto Fernández y Cristina Fernández. También está la opción de la disolución de la alianza como ocurrió en Tierra del Fuego donde no concurrirá JxC.

En línea con lo anterior JxC y el FDT se encuentran en un escenario que expresa una ventaja desde la cual impulsar diferentes estrategias de negociación subnacional de alianzas, pues cuentan con una estructura nacional. Este es el principal baluarte que tiene el peronismo y también el radicalismo integrante de JxC. Esto es lo que lleva a que de cara a la elección general pueda esperarse en todo el país la presencia de listas de senadores (en las provincias donde se compita en este turno) y de diputados dentro de sus respectivas estructuras coalicionales.

Esta es una diferencia con Milei, pues su fuerza política parte de un carácter inicialmente territorializado que en 2021 compitió únicamente en la Ciudad de Buenos Aires. Por lo tanto, ampliar su base de alianzas subnacionales se transforma en un aspecto fundamental no solo para tener una mayor presencia en la competencia legislativa de las PASO, sino también para que esta última alcance en cada distrito el 1,5% exigido para posteriormente competir en la elección general. Es decir, no lograr esto podría llevar a Milei a tener en octubre una presencia limitada de candidatos propios para el Congreso, pero también podría impactar negativamente en la performance de su propia candidatura presidencial al limitarse la estructura competitiva desde la cual atraer votos a nivel subnacional.

Esto también configura una estrategia electoral partidaria específica en los distintos niveles de gobierno. Algunos líderes partidarios a nivel municipal y provincial intentan maximizar sus resultados buscando jugar simultáneamente en las listas de distintos candidatos a nivel nacional o incluso de la provincia. Como contrapartida, algunos líderes nacionales exigen alineamiento pleno, reclamando presencia única y exclusiva en la boleta (en los 3 niveles de gobierno). Estas estrategias son las famosas “Y”/”V”/ “I”. Esto se ve especialmente en JxC (aunque en breve también se activará en FdT), donde muchos dirigentes intentan mantenerse al margen de la disputa faccionaria interna a nivel nacional o provincial, jugando en todas las puntas y así maximizar su caudal de votos. No obstante ello, las demandas por una mayor verticalidad (estrategia en forma de I) están comenzando a surgir desde el escenario nacional. La Ciudad de Buenos Aires es muestra de esta situación donde han comenzado a bajarse pre-candidatos (Emmanuel Ferrario) a jefe de gobierno en el PRO. Esto parecería buscar reforzar el frente político, dirimiendo pre-electoralmente cualquier potencial competencia interna con la UCR. La consigna parecería buscar unificar el frente interno y maximizar votos frente a un adversario externo común.

La pregunta que aún parece permanecer sin respuesta y que sólo la política real -aquella del potrero y no tan del tablero- seguramente responderá, tiene que ver con la “legalidad” de la estrategia de tipo “Y” donde una opción subnacional busca competir con dos candidaturas presidenciales. El problema es que según el artículo 15 del Decreto 259/2019, en los términos planteados no estaría permitido que frentes como JxC corran con más de una fórmula presidencial bajo el mismo sello partidario en las elecciones generales. La situación es sumamente interesante. Todas las opciones políticas parecen incómodos con el estado actual de las reglas electorales, pero nadie -aún- se anima a modificarlas. Quizás estaremos frente a esos momentos singulares de la historia de los países donde los partidos políticos acuerdan de hecho estirar o torcer un poco la cuerda y permitir que las piezas del ajedrez muevan o coman realizando movmientos estrictamente no permitidos. Quizás en esta partida el peón comerá para adelante (y no en diagonal)… quizás el alfil podrá mover en horizontal o vertical… quizás el caballo esta vez no puede saltar. Pronto veremos cómo se jugará la partida de ajedrez de la política argentina.

Para concluir, hemos intentando discutir posibles escenarios de cara a las próximas PASO. La incertidumbre existente surge porque aún hay decisiones por tomar en cuanto a candidaturas. El hecho de que actualmente se mencionen diferentes opciones debería decantar próximamente en una lista más chica concentrándose en aquellas más competitivas dentro de las propias fuerzas y también pensando ya en la elección general de octubre. Esto ya está sucediendo como se vio en estos días con la confirmación de que Macri no será de la partida. Es esperable que suceda lo mismo con otros y otras potenciales contendientes. En junio tendremos la fecha límite para estas decisiones, por lo que podemos esperar que abril y mayo sean meses de negociación interna en (y entre) las fuerzas políticas argentinas. Pronto sabremos quiénes serán los “reyes y reinas” del ajedrez argentino.