Efecto Ucrania: Los impactos económicos de la guerra

Efecto Ucrania: Los impactos  económicos de la guerra

El conflicto bélico entre Rusia y Ucrania tiene al mundo en vilo mientras los primeros impactos económicos se ven plasmados en los mercados financieros, los cuales suelen anticipar información con mayor anterioridad a los mercados reales (asociados a la actividad económica).

Por un lado, el precio del crudo de petróleo alcanzó los USD 100 por barril, a raíz de una posible contracción en la oferta internacional, dado que Rusia es uno de los principales exportadores de petróleo (actualmente socio de la OPEP). Lo mismo resulta análogo para el caso del gas. Bajo este razonamiento, la suba del petróleo también impacta en otros commodities, como ser el maíz, mercado donde Ucrania es el quinto exportador mundial. Así, a partir de la invasión rusa en Ucrania tanto trigo, maíz como soja vieron una suba pronunciada de sus precios, con un poroto superando los USD 600/tn en Chicago, por ejemplo.

Al mismo tiempo, la guerra afecta el valor de las monedas con un euro que se depreció casi 2% en febrero respecto del dólar estadounidense, puesto que hay posibilidades de que el conflicto afecte la actividad económica en el viejo continente, fuertemente dependiente del gasoducto proveniente de Eurasia.

Todo esto se conjuga en una puja de los precios que podrá incidir en los registros inflacionarios de múltiples países, lo cual se monta sobre una dinámica inflacionaria que ya viene acelerándose a lo largo y ancho del globo (por ejemplo, EEUU exhibió una inflación del 7,5% anual, valor que no se veía desde 1982). Puesto que los mercados esperan una suba de las tasas de interés (el S&P500 y Dow Jones cayeron 5% en lo que va de 2022, descontando el efecto de la suba de tasas), todos estos factores en su conjunto contribuirán para una apreciación del dólar estadounidense.

Del mismo modo, el aumento de la tasa de interés en Brasil (a raíz de la suba de la inflación en el país), que ya viene materializándose, en conjunto con mayores ingresos de divisas por ventas de petróleo, contribuirán a la apreciación del real brasileño. En suma, ambos factores (brasileño y estadounidense) crean las condiciones necesarias para ver un peso argentino más debilitado (o depreciado) en el futuro.

En lo que respecta a la dinámica comercial, Europa representa uno de los principales destinos de las exportaciones argentinas, acaparando casi un quinto de las ventas totales. En este sentido, una actividad económica en el viejo continente amenazada por la guerra y las eventuales reducciones en la oferta de gas tendría su impacto en las exportaciones argentinas, representando una reducción de USD 725 millones por cada 5 puntos porcentuales que se reduzcan los envíos con destino a Europa. Por otro lado, la suba del precio de la soja puede que no sea totalmente usufructuada por el país, puesto que la cosecha usualmente se vende mediante contratos de futuro, fijándose así el precio y protegiendo al productor de vaivenes en el mismo. En línea con esto, el efecto positivo de mayores precios exportables sería más marginal que el impacto en precios de las importaciones. A su vez, el salto del precio del petróleo (y la energía en general) significará entre USD 3.000 y 4.000 millones extras de importaciones, que serán parcialmente compensadas por el incremento en el valor de sus exportaciones (unos USD 2.000 millones). Esto no resulta menor, puesto que el superávit comercial para 2022 se proyecta en torno a USD 10.000 millones, lo que significaría que este se reduciría aproximadamente en un 10%.

De este modo, las condiciones externas en este 2022 plantean un escenario cada vez más adverso, lo cual se suma a una vulnerabilidad, que ya se ha vuelto estructural, de un entramado productivo fuertemente dependiente tanto de los commodities, como de sus erráticos precios.