Informe inflación período Marzo-Abril 2023
La inflación de marzo fue del 7.7% mensual, la suba más alta desde abril de 2002. Asimismo, la inflación anual alcanzó el 104.3%, manteniéndose por segundo mes consecutivo en los tres dígitos por primera vez desde octubre de 1991, cuando el país salía de la hiperinflación. De cualquier manera, el promedio de los aumentos de precios no da una imagen clara de qué productos aumentaron más o menos que este número, y cuáles son los más representativos del consumo del día a día.
El rubro con el mayor aumento fue restaurantes y hoteles, subiendo un 121.4% anual, aunque también presentaron subas en el mismo rango los rubros de indumentaria y calzado (118.8% anual) y bebidas alcohólicas y tabaco (113.4% anual). Nótese que los primeros dos se encuentran íntimamente correlacionados con el mercado interno, lo cual puede estar influenciado por un tipo de cambio libre (paralelo) encarecido que desincentiva el ahorro y estimula el consumo presente.
En cambio, el rubro con el menor aumento en términos anuales fue comunicaciones (perteneciente al segmento de productos regulados), que creció un 76.5% respecto al mismo mes de 2022. En mayor detalle, el subrubro con menor incremento fue servicios de telecomunicaciones (73.9% anual).
Mirando productos específicos, el máximo aumento fue en el kilo de naranjas, que creció un 422.2% contra el mismo mes del año pasado. Otros aumentos elevados se observaron en el kilo de batata (374.1%), papa (267.2%), lechuga (239.1%) y zapallo (213.5%). Por otra parte, el kilo de manzana aumentó un 171.1%, y el de cebolla un 170.8%. Todos productos estacionales. Otros bienes con subas altas, superiores al 150% anual, fueron el kilo de azúcar, el aceite de girasol, los pañales, la docena de huevos, las hamburguesas, y el jabón en polvo. Se observaron aumentos en un escalón inferior, pero aún superior a la inflación promedio, en vino y cerveza, gaseosas, sal, lácteos, harina, galletitas, fiambres y embutidos, y pollo.
En contraposición, el aumento más bajo se dio en el tomate en conservas (73.2% anual), y otros productos con valores por debajo de la inflación anual fueron los cortes de carnes, pan, manteca, queso, yerba mate, agua mineral, y productos de higiene personal. Los cortes de carne, en promedio, crecieron 15 puntos debajo de la inflación general, a diferencia del ritmo acelerado que tomaron el año previo.
Los servicios crecieron menos que los bienes (100.2% contra 105.7%), con heterogeneidad dentro del segmento: el servicio con el mayor aumento fue restaurantes y comidas fuera del hogar (119.3% anual), mientras que los menores aumentos se dieron nuevamente en rubros regulados como comunicaciones y transporte público (75% anual). En tanto, aumentaron en magnitudes intermedias los precios de prepagas (115.7% anual), recreación (93.4%), y alquileres (79.9%).
La canasta básica alimentaria, mientras tanto, aumentó un 120.1% anual y la canasta básica total creció un 113.2%, ambas por encima de la inflación. La CBA, que delimita la línea de indigencia, contiene principalmente artículos de primera necesidad (alimentos), mientras que la CBT consiste de una estimación del costo de los productos básicos en general y demarca la línea de pobreza. Para que un individuo no sea indigente, se requirieron 28.388 pesos en marzo, mientras que para no ser pobre hicieron falta 61.866 pesos. Para una familia tipo de cuatro integrantes, las líneas de indigencia y pobreza fueron de alrededor de 88 mil y 191 mil pesos, respectivamente.
De los productos expresados como parte de la canasta básica alimentaria, se presentaron aumentos fuertes en marzo, tales como las frutas y verduras, el azúcar (198.2%), el aceite (186%), los fideos (152.9%), los huevos (152.8%), la cerveza (146.9%) y el vino (133.2%). Hubo aumentos en línea con la inflación general en lácteos, gaseosas, galletitas, fiambres y embutidos, y carnes blancas. La manteca, el queso, y la yerba mate crecieron por debajo de la inflación, y las carnes rojas en particulares muy por debajo – en torno a un 87% anual, contra un nivel general superior al 100%.
En resumen, las subas en alimentos y bebidas continúan liderando la dinámica inflacionaria, donde marzo y abril promedió el 9,5% mensual (105% anual). En este punto vale hacer una aclaración, dado que la inflación anual narra el comportamiento de los precios durante los últimos 12 meses. Sin embargo, el ritmo general de la inflación un año atrás dista de ser similar al actual (5% mensual promedio en el primer trimestre de 2022 vs. 7% para el mismo período de 2023).
Por este motivo frecuentemente se apela a cálculos tales como anualizar las tasas mensuales de variación, de modo de conocer cuál sería la inflación al cabo de un año si persisten los niveles actuales de inflación. En este sentido, de anualizar ese 9,5% mensual, el resultado sería una inflación del 197% para los alimentos. Esto da una aproximación de la magnitud de uno de los principales problemas que enfrenta la economía argentina, el cual aqueja ante todo a los hogares de menores recursos, quienes no cuentan con los medios para protegerse de las subas de los precios, dado que destinan la mayor parte de sus ingresos a subsistencia.