Perú: el ejemplo a seguir

Perú: el ejemplo a seguir

El país vecino atraviesa una nueva crisis política que derivó en la destitución de su presidente Pedro Castillo, luego del intento fallido por disolver el Congreso Nacional. No obstante, pese a estos vaivenes políticos, el país se caracteriza por 20 largos años de estabilidad y crecimiento sostenido.

Pese a ser una economía pequeña, con 33 millones de habitantes y fuertemente dependiente de las exportaciones de commodities, Perú ha logrado consolidar una inflación por debajo del 3% anual y estabilidad económica en ausencia de dolarización como es el caso de Ecuador.

Fujishock

Fujimori asumió como presidente en el año 1990 en un contexto de estancamiento económico y una hiperinflación que superó el 7.000% anual, lo cual sumergió a poco más del 50% de la población en la pobreza.

Si bien el mandatario era conocido por tener un sesgo populista, esta percepción por parte del público resultó, quizás, su mayor músculo político, ya que le permitió efectuar una serie de políticas económicas de corte ortodoxo que le permitió estabilizar la economía peruana. De este modo, unificó el tipo de cambio, con la particularidad de no fijarlo contra el dólar estadounidense (como ocurrió en la Argentina con la convertibilidad, por ejemplo) dejándolo flotar. Asimismo, eliminó múltiples restricciones a las importaciones y liberalizó las tasas de interés de modo que se determinaran por fuerzas de mercado. Por último, y quizás aquí yace la piedra angular, para poder cerrar el déficit fiscal crónico que había empujado a Perú a una hiperinflación, Fujimori elevó el impuesto al valor agregado, eliminó exenciones impositivas, creó contribuciones extraordinarias a los patrimonios y las exportaciones, congeló la planta estatal y elevó significativamente el precio de las tarifas públicas[1].

Si bien esto tuvo impactos inflacionarios en el corto plazo, le permitió reordenar los precios relativos de la economía, de modo de llevarlos a un punto de equilibrio y poder comenzar prolijamente un proceso de estabilización, cuyos resultados perduran hasta el día de hoy.

Inflación

Con un correcto manejo de la política monetaria (entendido como un aumento de la tasa de interés por encima de la inflación y un recorte al financiamiento del déficit fiscal vía emisión), Perú logró alcanzar una inflación del 11% anual para 1995. De este modo, para 1999 la inflación ya se ubicaría en el 3% por año, valor promedio que mantiene desde entonces.

Algo destacable que presenta Perú es la fortaleza de su Banco Central. Sucede que su actual presidente (Julio Emilio Velarde Flores) ocupa el cargo desde septiembre de 2006. Así, el funcionario ha visto pasar 7 presidentes de la nación durante su función. Probablemente este sea el activo más valioso con el que cuenta la economía peruana: la sólida independencia del Banco Central respecto del Poder Ejecutivo.

Ello permite a la autoridad monetaria perseguir un único objetivo: la estabilidad de los precios; lo cual es sinónimo de valor de la moneda.

Crecimiento

Una vez estabilizada su economía, Perú comenzó sendero de crecimiento sostenido que continúa hoy en día.

Para el caso, tomamos de referencia el PBI por habitante medido en dólares, de modo de conocer cuál es la capacidad de compra que tiene un peruano promedio, respecto de otras economías de la región. Así, se destaca que dentro de las economías relevadas[2] Perú se posiciona como el segundo país con mayor nivel de renta.

Incluso más, si bien el gráfico toma el año 1980 como año base, producto de su crisis económica, para 1990 Perú había perdido un 25% de su producto por habitante, lo cual posicionaba al país en la cola de las economías analizadas. Tomando esto en consideración, el crecimiento de Perú luce explosivo, ya que para 2019 casi había triplicado su PBI per cápita (+145%), mientras que Colombia casi lo duplicó (+75%). Más allá de este relevante hecho, lo destacable es la consistencia en su crecimiento, ya que la serie de producto tiene una forma casi de 45°. En otras palabras, un crecimiento firme y sostenido, incluso más estable que el resto de los países comparados.

Reservas internacionales

Actualmente Perú cuenta con una suma de 75.000 millones de dólares de reservas en poder del Banco Central, lo cual es equivalente al 30% de su PBI, posicionando al país como líder en este indicador dentro de la región. Asimismo, estas son equivalentes a 18 meses de importaciones, lo cual es diametralmente opuesto al caso argentino donde las reservas netas actualmente alcanzan para 2 semanas de importaciones (0,5% del PBI).

Nótese que esto reviste un hecho loable, puesto que su canasta exportadora es fuertemente dependiente de commodities, donde las exportaciones de metales (oro y cobre, principalmente) representan el 43% del total de las ventas al exterior, lo cual hace a la economía más vulnerable ante shocks externos o vaivenes en los términos de intercambio.

No obstante, el Banco Central ha desarrollado su labor de forma prudente, permitiendo que el tipo de cambio real se mantenga constante durante los últimos 10 años, con apreciaciones o depreciaciones que no superaron el 7% en el caso máximo.

Conclusión

A modo de cierre podría decirse que lo que caracteriza a la economía peruana es su estabilidad. Si bien no podría catalogarse como una sociedad opulenta, ya que se trata de un mercado pequeño, la consistencia de sus principales variables macroeconómicas son su mayor éxito; lo que favorece un buen ambiente para los negocios.

En este sentido, podría decirse que si alguien visitó Perú hace 20 años y hoy regresa, verá que nada ha cambiado salvo una cosa: sus ciudadanos están mejor que ayer.


[1] Electricidad 5.000%, combustibles 3.000%, teléfonos 1.300%, entre otros.

[2] Se excluyen del análisis a Chile y Uruguay que presentan un PBI per cápita muy superior al conjunto analizado.