Resumen

La “inversión educativa” se utiliza con frecuencia como referencia para los gastos en educación, debido a sus retornos positivos en términos futuros. Este artículo verifica que su beneficio puede superar al agente individual, desencadenando retornos sociales (económicos) como una futura mayor recaudación de impuestos. Se realiza una simulación basada en un tratamiento impositivo disímil para determinar si el enfoque productivo de la educación justifica su incentivo intertemporal público en Argentina. Bajo este tratamiento, la tasa interna de retorno se mantiene en un campo positivo (alrededor del 12% per cápita, aún con diversos escenarios de sensibilidad), aún considerando aquellos estudiantes que no culminaron sus estudios. Por un lado, financiar la educación pública es una decisión rentable en la medida en que su inversión presente desencadena una maximización del ingreso agregado futuro. En este sentido, un tratamiento fiscal especial (deducción del impuesto sobre la renta), podría ser una política útil, permitiendo maximizar la rentabilidad social y el crecimiento potencial de los fondos públicos.

Artículo original

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Articulo traducido al español

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